Ver no es diseccionar, es interpretar, y Costa Desolación resulta de una mirada cargada desde la imaginación propia con la más pura de las fantasías leídas: las costas peligrosas de la piratería. En una costa mediterránea abandonada en la negación, sin elementos referenciales a la belleza del paisaje, o a su interpretación trágica, imaginé una orilla atormentada y terrible perteneciente a una narración de aventuras sórdidas. Mientras fotografié tenía in mente La Isla del tesoro, admirada desde la infancia. Ahora pienso también en Salgari, y en la piratería moderna del Índico.