Montnegre. Verano de 2014: En la casa de las avispas, entre los despojos metidos en bolsas de basura, encontré al Guardián del Lugar y traté de rendirle un homenaje. Bajo el sol inclemente, frente a la puerta cerrada con cadena y candado, entre los panales vacíos apilados junto a la pared, él y yo disfrutamos una mañana de nuestra mutua compañía.